Temo a la expresión del Silencio.

Temo
como quien teme a la muerte
tocar tu cuello.
Temo querer
y dejar de ser querido en poco tiempo.
Temo el ayer,
si hoy naces en recuerdos.

Temo vivir
y dejar de hacerlo.
Temo sentir que siento
historias en mi cuerpo.
Temo que mi corazón
ajado,
encuentre su fin
entre tus dedos.

Temo expresar
y oír silencio.
Temo pronunciar el verbo,
ese que ahoga al pecho
y tapona mi centro torcido,
y que lo deje herido.
De nuevo.

Temo a la distancia
como tenerte a escasos milímetros de mis miedos.
Temo abrir heridas que guardan
hasta el más sutil de los secretos.
Temo soñar
sueños de tormentos.
Temo dolerme por quererte
para empezar de cero,
y oír el crujir de mis sentimientos.
Temo,
porque quiero.

Temo que tus ojos
en los míos
anulen mis escudos,
y me vea expuesto
y vulnerable
siendo simple;
siendo tuyo.
Y que a merced de tus caricias
se rompa mi mundo
y entonces
de pronto
sienta el dolor amargo de la despedida
de un abrazo moribundo.